Este año tengo por fin «la suerte» (digo suerte, porque aunque parezca lo normal, lo razonable, lo propio del primer mundo, no lo es) de conocer en julio, con la suficiente antelación, la materia y nivel que impartiré el curso que viene. Será un PCPI sazonado con guardias y MAEs. 

(Ejem… leer la siguiente entrada, «Me rindo»)

Así que, en los ratitos en que descansé del dolce far niente este verano, le fui dando vueltas a las clases del curso que viene. Afortunadamente no tendré que estudiar tanto como el curso pasado así que podré dedicarle todo el tiempo necesario a la metodología. No hay mejor campo de pruebas, mejor laboratorio de lo que funciona y lo que no en educación que un PCPI y este artículo es mi hoja de ruta personal para el curso 2012/13. ¿Y por qué la publicas aquí?, diréis. Pues porque creo que compartir e interactuar, siempre, siempre, enriquece las ideas, siempre suma. Así que lo abro a vuestros comentarios, críticas y experiencias.

Objetivos

– Que el mayor número posible de alumnos decida por voluntad propia permanecer en el sistema educativo. Cada alumno que abandona el instituto sin titulación es un gravísimo fracaso social, un desperdicio inasumible de recursos humanos y materiales, un desastre. Este año debe servir para que reencuentren el placer innato de aprender y para que comprendan que, si bien la escuela no es el sitio ideal para estos propósitos, sí es el mejor a su alcance.

Buscar la excelencia. Excelencia, otra palabra manchada por la política, cargada ahora mismo de tufillo Esperancista, pero de la que me niego a desprenderme. Este vídeo me inspira cada comienzo de curso. Esperar mucho de los alumnos, sobreestimarlos, para que cuando se queden a la mitad de ese camino, el recorrido les haya llevado hasta todo lo que pueden dar.

Divertirme y que se diviertan los alumnos, que todos entremos en clase con ganas. Asistir a clase, es un privilegio, por ambas partes.

Cosas que quiero hacer

– The flipped classroom: es decir, la teoría del tema la ven en su casa, a base de vídeos principalmente y después en clase hacemos las tareas y proyectos. Queda por pensar como les «obligo» (es decir, siguiendo mi estilo, que tipo de chantaje maquiavélico ineludible les planteo) para que hagan la parte de casa. Chantajear es un poco mejor que la ruda imposición, ¿no? Funciona mejor al menos.

Conocer mejor a los alumnos. En esto pongo mis ilusiones en la tutoría online que Javier Juan Pérez (@JavierJuanPerez) ha planteado en este interesante proyecto en el que me gustaría participar: #PATFP20. En el artículo Five Practices for Building Positive Relationships With Students he encontrado unas cuantas pistas valiosas para empezar con buen pie.

– Aún no se que tipo de aula virtual usaré este curso, este tema es complicado. En cualquier caso empezaré a trabajar la idea de verdadera aula, no colgadero de cosas.10 Ways to Occupy eLearning: The eLearning Coach. La plataforma debe de ser totalmente social y atractiva para los alumnos.

Quizá me decida por Edmodo. Entre todas sus características, la más apetitosa para mí es su versión móvil, aunque su biblioteca me desespera un poco. Quizá me decida por Redalumnos, que en este aspecto es mucho mejor (pero no tiene versión móvil aún)

Ser más organizada. Depurar la programación, aprovechando que por fin repito un módulo y lo conozco bien, puedo hacer un ajuste mejor de tiempos y contenidos. Este año crearé una versión «simplificada» de la programación para dársela a los alumnos. Ayudará a motivarles y a hacerles sentir que hay un plan (utilizar métodos distintos a los habituales les descoloca bastante, a veces les veo preocupados por si estamos aprendiendo). Quizás también sirva para que sean capaces de apreciar lo conseguido a final de curso

Más y mejores vídeos hechos por los alumnos. Este año me gustaría sistematizar el proceso, es decir, en lugar de dejarlo todo al conocimiento previo de edición de los alumnos, plantear algún tipo de seminario entre ellos para que todos y no solo unos pocos, hagan vídeos excelentes. Ummm… incluso se me ocurre una idea con profesores invitados…. ummmm….

Mayor peso del trabajo colaborativo por proyecto. Porque a todos nos gusta trabajar con otros, porque desarrolla capacidades imprescindibles en el mercado laboral y en la sociedad, porque es eficiente en grupos masificados. Es difícil, sí, y hace falta mucha estrategia, pero estoy convencida de que es la mejor forma posible de trabajar.

– Yo aprendí a programar por mi cuenta (tras unas penosas clases en la Universidad en una asignatura llamada Máquinas Electrónicas). Es algo muy intuitivo para cierto tipo de personas (como el sentido musical, el don para los idiomas… etc. Un «se tiene o no se tiene», así pues es accesible para gente con todo tipo de formación previa o sin ella). Creo que es factible proponer algún tipo de proyecto para aprender a programar. Quizá solo funcione con uno o dos alumnos pero merecerá la pena «encontrar» a esos estudiantes y seguir con ellos una línea de trabajo por este lado (atención a la diversidad creo que lo llaman). 10 herramientas para que los niños aprendan a programar, Lo que les falta tus estudiantes y ya más a lo bestia, Coding dojo.

Salir del aula para resolver un problema real, contextualizado en el entorno del centro. Permitir a los alumnos aprender para mejorar el mundo, aprender mientras mejoran, aunque sea un poquito, su mundo.

Parece ser que en mi próximo centro van a desmantelar algunas aulas, así que tendremos un montón de ordenadores viejos a los que dar una nueva vida. ¡Genial! Viejos ordenadores que hacen grandes cosas, como por ejemplo, crear servidores de utilidad para el instituto. Con estos recursos y dedicándole el tiempo suficiente al tema de Averías Informáticas podríamos montar un taller de reparación solidario

Para las MAE, intentaré (dicen por ahí que estas clases son horribles, pero ya veremos) llevar a cabo algo que me apetece mucho, ya sin tener el contenido de electrónica o informática de por medio: narrativa digital. Tengo un montón de ideas al respecto y aquí hay una rúbrica lista para usar en su evaluación. Que no lleve nota no significa que una MAE no se deba evaluar, ¿no? También me ronda por la cabeza adaptar alguna de las múltiples experiencias didácticas publicadas en el New York Times sobre la fascinante trilogía de Los juegos del hambre.

– ¿Herramientas TIC? Ahora mismo, a parte de las básicas (wiki, blog, google apps…) me apetece seguir tanteando las posibilidades de los códigos QR, edición de vídeo, Prezi (ufff, las nuevas funcionalidades que le acaban de añadir ¡son brutales!). También empezar a explorar las aplicaciones para móviles, interesantísmo el proyecto FP en tu móvil en el que participa mi admirado y querido Manuel Alonso (@malonsorosa). En la «mochila escolar» para el móvil de los alumnos estarían: escaneador de códigos QR, Edmodo y, claro, mi app para taller.

Este año quiero introducir las TIC a los alumnos con una cierta estrategia (normalmente es un «sobre la marcha»). Las primeras clases serán para crear nuestro entorno digital: Edmodo (aula virtual), Google (para Drive, Youtube, Gmail…), Twitter? (crear cuentas, lista y manejo de Hootsuite)

Red social PCPI. Intenté este proyecto hace tres años, en mi anterior experiencia con PCPI, para intercambio de material entre profes y quizá plantear proyectos colaborativos intercentros. Twitter hace mucho más factible el proyecto a día de hoy.

Parece que cada año abandono o dejo a medias una idea en la que, para más INRI, he embarcado a otros :-S. Analizándolo, probablemente sea porque se me ocurren las ideas claras y factibles en el mismo punto del curso donde empiezo a estar agotada. Pero no pasa nada, errar es parte del proceso y pecar de ambiciosa nunca me ha parecido grave. A ver si este año soy capaz de terminar lo que empecé. Si eres profe de PCPI de Informática y te apetece formar parte de esta red, aún sabiendo las limitaciones de la que suscribe… ¡ponte en contacto conmigo!!!

Calificar por puntos e introducir gamification. No se puede trabajar por proyecto y después evaluar mediante un examen que solo tendría en cuenta una serie de conocimientos y no capacidades. Voy a intentar un sistema en el que las tareas, insignias (reconocimientos específicos que gestionan Edmodo o RedAlumnos), como si se tratara de un videojuego. También intentaré plantear las tareas como retos, aunque siempre con cuidado de no fomentar demasiado la competitividad.

Dificultades previstas

Gestionar el caos. El caos es bueno. El caos es un magma del que salen creatividad, talento, nuevas formas de hacer cosas. El caos llega a donde las limitaciones de la mente del profesor no permiten llegar. Las ideas de un docente, de un project manager o de un director general son limitadísimas, pero las de 20 cerebros jóvenes ofrecen posibilidades deslumbrantes.

Aunque sea un oximoron, en el aula necesito un caos controlado… un cierto nivel de entropía (ah, sí, soy de ciencias, con este término estoy más cómoda). Quiero grupos de alumnos trabajando con libertad, haciendo cosas diferentes, tomando decisiones, aprendiendo bajo demanda. Pero ¿cómo dirigirlos y evaluarlos sin volverme loca en el aula? Una de las pistas de que mi forma de trabajar funciona es que, salvo en contadas ocasiones, en clase no exijo que me atiendan.  La mayor parte del tiempo son los alumnos los que me llaman para que les atienda yo (dado que son clases prácticas, me necesitan y a menudo se gritan entre ellos un «yo la llamé primero»). Esto me gusta claro, pero a veces, muchas veces, no doy abasto. ¿Cómo gestionar esto? ¿Cómo dotar de autonomía a los alumnos?¿Cómo evaluar posteriormente su participación en los proyectos?

– En mi próximo centro hay dos grupos de PCPI. Me encantaría trabajar coordinadamente con el otro profesor técnico así como con los maestros que dan los módulos generalistas, cruzo los dedos para que sea posible.

Trabajar por tareas genera muchísimo trabajo, porque no tiene sentido plantearlas si después no las supervisas, corriges y comentas para los alumnos. El trato individualizado que requieren es muy beneficioso pero agotador. Aún no se como gestionar esto, quizá creando dos tipos de tareas, las básicas, que solo hay que controlar que se hagan, y las sustanciosas, a las que dedicar todo el tiempo necesario.

En resumen, este será el curso del PBL en sus dos acepciones: aprendizaje por proyecto (Project Based Learning) y aprendizaje basado en la resolución de problemas (Problems Based Learning). Solo aprender haciendo, desprendiéndome de todo lo que se que no funciona, de lo que no tiene sentido. Y como siempre, reconociendo y aprovechando lo que saben y valen los alumnos, trabajando su autoestima y sus talentos. ¡Tengo ganas de empezar!

P.D.: Esta es la videoponencia sobre PCPI que impartí al término del curso 2008/2009